«Soy voluntaria del Ciberaula en el Hospital General, donde jugamos con los niños y les entretenemos con distintas actividades durante unas horas en las que pretendemos que se olviden que están malitos y se dediquen a divertirse y pasarlo bien.  Salgo siempre de allí con una sonrisa y la sensación de haber empleado mi tiempo de la mejor manera, no sólo con los niños, también favorecemos muchas veces que los padres desconecten y descansen durante ese ratito. Las sonrisas de los niños y los agradecimientos de sus padres son para mí la mejor recompensa.»